domingo, 30 de abril de 2017

El español de América

El español de América 
En el S. XXI el español se ha convertido en la lengua románica de mayor proyección en el mundo. Una gran parte de los hablantes de español como lengua materna se localiza en América. El español en América se divide en un enorme mosaico de variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas que no ha conocido en su implantación europea.Las variedades americanas del español son las más vivas en la actualidad y se caracterizan por su continuo cambio y diferenciación social. En este articulo se estudiará, primeramente, el proceso histórico de hispanización ligüística en América y, en segundo lugar, las particularidades fonológicas, morfosintácticas y léxicas que presenta el español de cada zona americana (Antillas, Centroamérica, México, Zona andina, Cono Sur, EEUU, etc.) con sus variables socio lingüísticas.

Rasgos Lingüísticos del español de América

        1.- Plano fónico

  • El seseo: realización de los fonemas /s/ y /z/ como /s/: casar y cazar como casar 

  • El ceceo: realización del fonema /s/ y /z/ como si fueran un único fonema /z/: casar y cazar como cazar 

  • El yeísmo: realización de los fonemas /y/ y /ll/ como si fueran un mismo fonema /y/: [kayar] 
  • Pérdida o alteración de /r/ y /l/: "cuerpo" "cuelpo"

    2.- Plano morfosintáctico (gramatical)
  • Voseo: pronombre vos en lugar de tú para la segunda persona 
  • Uso frecuente del diminutivo: "andandito" 
  • Adverbialización de adjetivos: "se ha comportado fino" 
  • Formación de femeninos analógicos: "tigra" en vez de "tigresa" 
  • Formación de oraciones completivas con de que: "Pienso de que no vino" 
  • Uso exclusivo de acá por aquí y de allá por allí

    3.- Plano léxico - semántico
  • Frecuente uso de la perífrasis 
  • Uso frecuente de arcaísmos 
  • Recurso a la derivación / vulgarismos 
  • Extranjerismos 
  • Influencia de las lenguas indígenas: objetos desconocidos se denominaban por las voces indígenas.
 Grupo Andino-Ecuatorial 

Subgrupo Andino
- Quechua 

El quechua es la segunda lengua del país, por número de hablantes. Tiene oficialidad donde sea predominante, aunque desde el punto de vista lingüístico debe entenderse como una familia de lenguas emparentadas o como una macrolengua, así por ejemplo Ethnologue distingue más de 25 variedades de quechua en Perú. De hecho los 4 grupos principales en que se divide el quechua (Quechua I, Quechua IIA, Quechua IIB y Quechua IIC), los cuatro están representados en Perú.- Aimará 
El aimará es la tercera lengua del país, por número de hablantes, con cerca de medio millón de hablantes en Perú. Predomina actualmente en el sur del país, en los departamentos de Puno, Moquegua y Tacna.

Subgrupo ecuatorial
El grupo ecuatorial inicialmente propuesto por Greenberg en 1956, era parte de un hipotético grupo andino-ecuatorial posteriormente abandonado la propuesta de 1987. Entre el grupo ecuatorial inicialmente propuesto, y más tarde abandonado estaban las siguientes ramas:
‘Guambrita’ (joven) pase nomás, le dice un mayor al cederle el paso a una señorita. Esta le regresa a ver con cara de, y este ‘man’ ¿que onda?

Sucede en la Shyris de Quito, y pese al nombre de la avenida se ve que la influencia indígena en nuestro lenguaje desparece rápidamente. La televisión pudo en pocos años lo que la conquista española en cinco siglos no consiguió. Terrible educadora es la pantalla luminosa. Hablan sus personajes un castellano impersonal, ni de aquí ni de allá, y no solo sucede en las películas dobladas que quieren situarse en un punto neutral para toda la América Latina, sino a los reporteros locales de toda índole, que aprenden una extraña entonación y sofisticado vocabulario, palabras inusuales que buscan a lo mejor impresionar. Vaya que lo consiguen, aunque no siempre como quisieran, pues muchas veces están mal usadas. Rezagadas quedan las palabras propias de nuestra tierra y costumbre.

Pero no todos somos reporteros, así que más tarde nomás me encuentro en la tienda con un señor que pide ‘chulla’ pan, y la tendera sin saber que eso viene del quichua –shug (uno) y lla (nomás)– le entendió y le entregó... un chulla pan, como era de esperarse. La misma señora montaría en cólera si supiera, como se ve por la rendija de la puerta apenas abierta, que su hijita en vez de hacer los deberes está ‘changada’ con el vago del enamorado en la trastienda; peor todavía porque además se están ‘muchando’. Ni a la mama ni a los ‘guambras’ les interesa saber que changa es pierna y mucha es beso en quichua, pero igual conjugan nomás los verbos en todos los tiempos posibles.

El otavaleño que le dijo ‘chapa’ al policía, no comprende porqué éste se ofendió y le quiso meter preso, si solo le dijo ‘el que cuida’ en quichua, es decir supuestamente policía. ‘Coshco’ –que en realidad es cushcu ya que en el quichua no existe la o, y dicho sea de paso la e tampoco– significa pelado, rapado, de ahí el uso de esta palabra para referirse a los conscriptos. Asimismo, los más refinados cronistas deportivos no han de imaginarse que ‘cancha’ es palabra nativa, que quiere decir patio cerrado, quichuismo universal usado en todo país de habla hispana, hasta en la península ibérica. El diccionario de la Real Academia también tiene otros ejemplos de quichuismos: como ‘caspa’, que para qué les digo qué es, si ya todos han de saber. Igual ‘paspa’, que suena y se entiende mejor que excoriaciones cutáneas. Y ‘macho’, que aunque se usa como adjetivo con variada intención, quiere decir nada más ni nada menos que hombre adulto, no hombre viejo, que eso es ‘rucu’, palabra todavía muy usada. Para quien dude del origen de esta palabra ahí está la muy famosa Machupichu.




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